12 agosto 2008

vida

A los cinco años de edad me sentó frente a una tabla de cuadros negros y blancos y me dijo: - esta es la guerra ó la vida.

Entonces lo peor me hacía fuerte y lo mejor me da paz. Pero el alma no es tibia

Claro. Pienso siempre- la desarmo y la armo como una partida de tarde aburrida, cuando y cuantas veces me den ganas o me divierta o simplemente me entretenga, creo y desarmo, desarmo y creo a idea y semejanza; también desaparezco y vuelvo cuando quiero o debo. Mentor de cada movimiento y arriesgo. Apuesto. Juego. Con quien se me cruce sin miedos y límites.

Tal vez se equivoco, no sé. Pero muchos años después cuando ya le agarraste el gustito al juego de ser dios, alguien, una simple persona inocente a la cual ibas a desangrar en una batalla victoriosa llena de simulacros y versos te da respuestas con el corazón y qué haces?

Entonces hoy lo peor me hace aun más fuerte y lo mejor no me da paz, tampoco el alma es tibia.

Entonces: todas las respuestas no están en el cerebro y cosas nuevas bla bla.
Entonces el alma nunca fue tibia, es un verso eso de que el alma es tibia.